martes, 28 de febrero de 2023

De vuelta con los minúsculos micoplasmas

M. haemofelis IP2011.jpg

  Disculpad por no escribir desde hace tanto tiempo, he estado liado varios años por un proyecto personal que me ha absorbido completamente y he dejado de divulgar en blogs, revistas, etc. Mi última entrada fue en este mismo blog el 11 de noviembre de 2015. En este periodo sólo he tenido tiempo para la red social twitter que como bien sabemos requiere poca dedicación, un retwitteo cada cierto tiempo y algún comentario cada mucho. Este año vuelvo a disponer de tiempo por fin, así que vuelvo a poner en marcha el tinglado.

  La perspectiva me hace ver que últimamente encuentro que la divulgación ha perdido algo de calidad, especialmente la realizada en nuestro idioma. Sin ir más lejos, estos días encuentro con un bajo nivel un lamentable artículo sobre el cerebro publicado en “La Razón”, prensa generalista con sección de divulgación, o trifulcas sobre animalismo a cuenta de las capibaras entre famosos youtubers como Frank Cuesta y YoSoyPlex de los que se espera más calidad en sus contenidos. Entiendo que mejorar un poco todo esto no va a ser demasiado difícil, otra cosa es llegar a mucha gente. De antemano es imposible porque a estos autores les siguen millones de personas y a mi sólo me conocen en mi casa.

  Pues bien desde esta perspectiva entre lo pequeño y lo grande vamos a escribir algo sobre los seres vivos más pequeños de todos, los micoplasmas, aunque existen especies de bacterias aún más pequeñas que son prácticamente endosimbiontes de insectos.

  Desde su descubrimiento a finales del s.XIX ha resultado difícil distinguir si estamos ante seres vivos o ante virus, y las controversias han sido frecuentes a lo largo del s.XX, pero actualmente no hay duda: son bacterias de la clase Mollicutes. Los micoplasmas son parásitos intracelulares, de hecho son bastante más pequeños que algunos virus gigantes. Son células con membrana plasmática, sin pared celular y con ADN procariota. Gracias a la biología molecular a finales del s.XX pudo secuenciarse el genoma de algunas especies como Mycoplasma genitalium y Mycoplasma pneumoniae. Estas dos últimas especies nos resultan bastante perjudiciales y de hecho provocan enfermedades infecciosas, parálisis, muertes, etc. Por último, al tener poco más de quinientos genes como nota interesante cabe mencionar que al ser tan pequeñas han permitido realizar modelos computacionales completos para un ser vivo.

 Un saludo

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