Hacía bastantes años que no redactaba un artículo de opinión sobre noticias de actualidad. Básicamente porque prefiero la divulgación pura y dura, aunque sólo le interese a cuatro gatos. Sin embargo, esta semana en España han aparecido unas noticias que me retrotraen a unas entradas que escribí en este blog el año 2011 y no puedo pasar por alto el tema. Entonces, Mariano Barbacid que estaba en funciones porque había presentado su dimisión como director del CNIO en el 2009, fue sustituido por María Antonia Blasco que desde entonces fue la directora, hasta esta semana, claro. Entonces expresé mis serias dudas sobre la capacidad de la sustituta para dirigir la institución y el tiempo me ha dado la razón, comenté que llegó al cargo por su relación con la ministra y con la gente de Margarita Salas que a su vez llegó a donde llegó por ser la sobrina de Severo Ochoa, en fin el enchufismo patrio en su máxima expresión. El patronato del CNIO ahora cesa a su directora por unanimidad, pero la conclusión es clara: en el pecado llevan la penitencia.
Con lo que ha sido el CNIO, ahora es una institución
decadente que canta el “mea culpa” para pedir perdón por la corrupción, las
irregularidades contables, el acoso laboral, el abuso de poder, el victimismo, etc.
Menudo espectáculo, da vergüenza ajena. Sin embargo, estoy convencido que tampoco ahora van a
acertar con la sustituta porque paradójicamente, la institución destinada a
investigar el cáncer padece una enfermedad que es cómo la que tiene que
combatir y no tiene cura. El CNIO se ha convertido en un organismo público más
al que parece ser que le interesa más el arte que la investigación. Y no, no es
un chiste, de ser una de las joyas de la Corona ha pasado a ser bisutería, en
los ránkings internacionales ya es como un equipo de segunda, para que nos
entendamos, no hay más que ver que la noticia aparece en la prensa deportiva,
impresionante ¿no?.
Un saludo