Como ya sabemos, los organoides cerebrales
son modelos tridimensionales derivados de células madre que replican, en
condiciones de laboratorio, las características estructurales y funcionales del
tejido cerebral. Estos sistemas han revolucionado el estudio del desarrollo
neural, los trastornos neurodegenerativos y la interacción de neurotransmisores
clave, como el ácido gamma-aminobutírico (GABA).
El sistema GABAérgico
El ácido gamma-aminobutírico (GABA) es el
principal neurotransmisor inhibidor en el sistema nervioso central de los
mamíferos. En condiciones normales, el GABA regula la excitabilidad neuronal,
protege contra la sobreestimulación sináptica y participa en procesos como la
plasticidad cerebral, el sueño y la memoria. Sin embargo, durante el desarrollo
del cerebro, al contrario el GABA tiene un papel excitador, facilitando la
formación de redes neuronales funcionales.
Alteraciones en el sistema GABAérgico están
asociadas con diversas enfermedades, como epilepsia, autismo, esquizofrenia y
enfermedades neurodegenerativas. Sin embargo, estudiar estas alteraciones “in
vivo” es complejo por las limitaciones técnicas y éticas. Con los organoides
cerebrales se puede buscar una solución innovadora para superar estos
obstáculos.
Organoides cerebrales: una herramienta revolucionaria
Los organoides cerebrales se generan a partir
de células madre pluripotentes inducidas (iPSC) o células madre embrionarias,
que se cultivan en condiciones tridimensionales para formar estructuras
similares a regiones cerebrales específicas. Estos modelos son especialmente
útiles porque recapitulan la arquitectura y función celular del cerebro humano,
incluyendo la diferenciación de neuronas GABAérgicas que es lo que nos interesa
en esta entrada del blog.
Ventajas de los organoides:
- Recreación del
Microambiente Cerebral: Incluyen múltiples tipos celulares,
como neuronas, astrocitos y oligodendrocitos.
- Modelado de Etapas del
Desarrollo:
Permiten estudiar cómo emerge la señalización GABAérgica desde etapas
tempranas hasta la maduración.
- Flexibilidad Genética: Facilitan la
edición genética para investigar el impacto de mutaciones específicas en
el sistema GABAérgico.
Desarrollo del sistema GABAérgico en organoides
Los organoides cerebrales han demostrado ser
un modelo robusto para estudiar la diferenciación de interneuronas GABAérgicas,
células clave en la inhibición sináptica. Durante el desarrollo, estas neuronas
migran desde la eminencia ganglionar medial a la corteza cerebral, donde
integran circuitos neuronales. Este proceso puede ser replicado “in vitro” con
organoides, proporcionando una plataforma única para investigar desregulaciones
en condiciones como:
- Epilepsia: Donde un
desequilibrio entre la excitación (ácido glutámico) y la inhibición (GABA)
es un rasgo distintivo.
- Esquizofrenia: Asociada con
déficits en la función de las interneuronas GABAérgicas.
Estudios
Relevantes:
Un estudio reciente utilizó organoides para
demostrar cómo mutaciones en el gen ARX,
que se encuentra en la región q11-12 del cromosoma X e implicado en la
diferenciación de interneuronas, alteran la migración de estas células y
afectan la formación de circuitos inhibitorios funcionales.
Organoides cerebrales y enfermedades relacionadas con el GABA
Epilepsia
La epilepsia se caracteriza por una actividad
neuronal anómala, frecuentemente asociada con una señalización GABAérgica
disfuncional. Los organoides permiten replicar esta actividad anormal y probar
fármacos que modulan el sistema GABAérgico, como los agonistas de los
receptores GABA
- Aplicaciones: Se han
utilizado organoides derivados de pacientes con epilepsia genética para
identificar cómo mutaciones específicas afectan la expresión de GABA y su
receptor, proporcionando una base para terapias personalizadas.
Trastornos del
Espectro Autista (TEA)
El autismo está asociado con un desequilibrio
entre excitación e inhibición sináptica, a menudo vinculado con el GABA. Los
organoides cerebrales han permitido explorar cómo variantes genéticas afectan
la diferenciación de interneuronas GABAérgicas y su integración en circuitos
neuronales.
Esquizofrenia
Los organoides derivados de pacientes con
esquizofrenia han mostrado déficits en la diferenciación y función de
interneuronas GABAérgicas. Estos modelos han sido esenciales para investigar el
impacto de genes como DISC1,
el gen de la proteína
interrumpida en la esquizofrenia de tipo 1, en la regulación del GABA.
Enfermedades neurodegenerativas
Aunque tradicionalmente se asocian con la
pérdida de neuronas excitadoras, trastornos como el Alzheimer y el Parkinson
también afectan a las neuronas GABAérgicas. Los organoides permiten investigar
cómo la acumulación de proteínas tóxicas, como la beta-amiloide, interfiere con
la señalización GABAérgica y contribuye a la disfunción sináptica.
Desarrollo de fármacos basados en el GABA usando organoides
Los organoides cerebrales ofrecen una
plataforma para probar la eficacia y seguridad de terapias dirigidas al sistema
GABAérgico como por ejemplo, las benzodiazepinas que se han
evaluado en organoides para observar su impacto en circuitos neuronales
específicos, también se han evaluado en organoides nuevos agonistas de GABA