Introducción
En la introducción se comentan dos de los aforismos más importantes en biología porque luego al comentar los dos grandes trabajos que se han publicado el mes pasado entenderemos que la vida sigue igual (a nivel teórico, claro). Estos dos aforismos representan dos pilares teóricos en biología y siguen como tales a día de hoy. Que nadie se confunda, el equipo de Venter no ha creado vida artificial y, a nivel teórico, el trabajo no representa ningún salto conceptual. En realidad su trabajo representa un gran avance a nivel biotecnológico con grandes posibilidades económicas, posiblemente nos encontremos en la antesala de una revolución tecnológica por lo que su importancia, junto a los trabajos de George Church, también en biología sintética, es grandísima.
El aforismo “Omne vivum ex ovo” o de otro modo “Ex ovo omnia” se debe al médico y fisiólogo inglés William Harvey (1578-1657) quien en 1651 publicó “Exercitationes de Generatione Animalium” donde plasmó su teoría contraria a la teoría aristotélica dominante hasta entonces para explicar la embriología animal. Su trabajo hay que encuadrarlo históricamente en los orígenes de la controversia entre epigenetistas y preformacionistas que terminó en el s.XIX con el establecimiento de la teoría celular.
Pues bien, de este aforismo surgió otro bien conocido “Omne vivum ex vivo”. Este se planteó en la controversia paralela: biogénesis vs. abiogénesis, esta última postura defendía la teoría aristotélica de la generación espontánea, teoría de corte mecanicista que defendía que la vida surge a partir de la materia inanimada. La controversia se inició durante el s.XVII por el médico y naturalista italiano Francesco Redi (1626-1697) quien realizó una serie de experimentos hacia 1668 con frascos que contenían carne evitando las puestas de insectos y que publicó en su obra “Osservazioni intorno agli animali viventi” (1684), la controversia se agudizó posteriormente por los trabajos opuestos de dos naturalistas, el italiano Lazzaro Spallanzani (1729-1799) y el inglés John Needham (1713-1781). El aforismo quedó definitivamente establecido tras los trabajos del químico y microbiólogo francés Louis Pasteur (1822-1895). Tras los trabajos de este genio nadie se atrevió a hablar de abiogénesis durante décadas, tal fue la impronta que dejó su trabajo, hasta que el bioquímico ruso Alexander Oparin (1894-1980) volvió a abrir el debate, pero esta vez restringido al marco de la teorías que pretenden explicar el origen de la vida, teorías que por otra parte frecuentemente no son más que cosmogonías cientifistas.
Bien, tras este breve resumen histórico llega el momento de comentar dos importantes trabajos publicados el mes pasado relacionados con la ley de la biogénesis plasmada en el aforismo “Omne vivum ex vivo”.
Trabajos del mes pasado
El primero es el trabajo de Douglas L. Theobald del departmento de bioquímica, de la Universidad de Brandeis, en Waltham ( Massachusetts, USA). Comenta el autor que uno de los pilares de la biología evolutiva moderna es el UCA (Universal common ancestry), esta teoría fue planteada por primera vez por Charles Darwin (1809-1882) y se resume en que todos los organismos terrestres tienen un ancestro común. Se ha conjeturado mucho sobre si la vida hubiese surgido en diferentes ocasiones y lugares, o si la transferencia horizontal de genes hubiese sido una característica dominante en los primeros seres vivos, etc. Por lo que Theobald ha desarrollado la primera prueba formal para contrastar la hipótesis UCA. Ha aplicado la teoría de selección de modelos a las filogenias moleculares fijándose en una serie de proteínas conservativas y ubicuas (en 12 especies, cuatro por cada dominio: arqueas, eucariotas y bacterias). Los resultados proporcionan la poderosa evidencia estadística que corrobora que toda la vida conocida es monofilética.
Theobald aclara que este trabajo no descarta que la vida surgiera independientemente más de una vez, aunque de ser así, los distintos linajes o se extinguieron o aun no se han descubierto.
En todo caso este trabajo al apuntalar la teoría UCA se convierte en fundamental a la hora de entender mejor la historia natural de la vida.
El otro trabajo importante que se ha publicado el mes pasado es más importante en el orden práctico especialmente para considerar a la biología sintética como una disciplina biológica plenamente asentada. Se trata de la obtención de la primera célula bacteriana sintética controlada por un genoma sintetizado químicamente por el equipo de Craig Venter. Este equipo de científicos ha diseñado, sintetizado y ensamblado el genoma de 1.08-Mbp de Mycoplasma mycoides JCVI-syn1.0 partiendo de la información de la secuencia digitalizada del genoma y su trasplante en una célula receptora de Mycoplasma capricolum para crear una nueva célula de Mycoplasma mycoides controlada únicamente por el genoma sitético.
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