Conferencia en el Museo Nacional de Ciencias Naturales

 Jesús Dorda Dorda, Conservador de exposiciones del Museo Nacional de Ciencias Naturales redactó una entrada en su blog "Notas de campo y jardín" introduciendo en cierto modo la conferencia que impartió ayer por la tarde. Finalmente pude acudir al salón de actos del museo.

  La charla se enmarcaba en la exposición "Biodiversidad". Comenzó explicando que las tres patas sobre las que se debe apoyar de forma equilibrada un museo de Historia Natural son: conservación, investigación y exposición. Luego pasó a algo realmente interesante, el conflicto guión vs. piezas; durante años se ha dado mayor preponderancia al guión que a la pieza de museo algo que en esta exposición se ha corregido de modo que ambas partes comparten protagonismo. Continuó con el tema de la exposición propiamente dicho, que se articula en tres partes: biodiversidad, evolución y conservación.
  En tono muy ameno explicó la historia de algunas piezas, que siempre resulta curiosa como las donaciones del Duque de Alba, padre de la actual Duquesa, que donó la piel del elefante africano, Loxodonta africana  o la del dragón de Komodo, Varanus komodoensis, regalo de Indonesia al Rey de España. Cuando el macho murió en el zoológico de Madrid, donaron el ejemplar al museo y Jesús trabajó junto a uno de los nietos de los famosos
taxidermistas Benedito en su naturalización. Luego se trataron varios temas de la exposición, destacando los ejemplos de convergencia evolutiva que fueron muy interesantes especialmente la comparativa de los esqueletos del extinto lobo marsupial, Thylacinus cynocephalus y la del placentario lobo, Canis lupus. 

  La exposición estuvo muy bien, como le comenté al terminar. Fue una pena no poder quedarme al acto final en la sala de exposiciones, pero justo en ese momento recibí un sms de mi esposa y tuve que salir urgentemente para atender obligaciones parentales que requería uno de mis hijos, a los que por cierto les hizo mucha ilusión los libros sobre dinosaurios que nos recomendó Jesús.
 
 
  Un saludo

Vómitos nocturnos, y sudores fríos por Garoña

 Hoy he dormido poco, me sentía indispuesto y a media noche tomé una manzanilla, al poco comencé a vomitar, los últimos vómitos fueron a eso de las cuatro de la madrugada, ¡vaya nochecita!. Cuando, por la  mañana pensaba que me estaba reestableciendo me han vuelto los sudores fríos por otro asunto.

Susto en Cofrentes

 El pasado jueves en la central nuclear de Cofrentes hubo un buen susto, provocado por el terrible incendió en Cortes de Pallás que arrasó miles hectáreas. Se tuvo que activar el protocolo de seguridad poniendo en marcha un generador diésel.

Posible prórroga a Garoña

 Sin embargo, esto no ha amilanado para nada al gobierno, que ahora posibilita a la central nuclear de Garoña prorrogar su vida útil otros 5 años. Se trata de un grave error porque esta central, la más antigua de España, además de superar los 40 años de vida útil para los que fue diseñada y sus numerosos fallos, tiene otra papeleta en su contra, es igual a uno de los reactores de Fukushima. A esto se le llama jugar con fuego. Por cierto, ya se ha visto quiénes han acabado pagando el error del gobierno nipón al no cerrar una central tan antigua e insegura. Tepco, la empresa responsable no ha podido hacer frente a los gastos ocasionados y acaba de ser nacionalizada.
 Además hay otro asunto aún más insalvable para los defensores de esta alocada medida, este mismo año el fabricante del reactor, la compañía
 norteamericana General Electric, advirtió de un gravísimo problema en estos reactores. Al parecer, puede fallar la inserción de las barras de control lo que impediría parar la central en caso de accidente. Cuando un estómago, que funciona como un reactor químico, no puede procesar el alimento tiene que parar y vomitar. Los reactores nucleares no funcionan igual, pero en ciertos casos también tienen que parar y si falla la parada durante una situación crítica las cosas se ponen muy feas.

 Autorización pendiente

 La autorización para seguir operando aún no la tienen, esperemos que finalmente no la concedan no sea que finalmente acabemos vomitando todos (incluido el gobierno) por culpa de la radiación. En estos casos es preferible no esperar a ver qué pasa, podríamos tener un desastre medioambiental que dejase pequeño al del Prestige.

  Un saludo