El verano es una estación de contrastes, tiempo de vida y muerte, nacen nuevas criaturas a la vez que muchas otras mueren... normalmente las más desvalidas e indefensas. Al pasear por el campo durante el estío encontramos numerosas plantas y animales que acaban de iniciar sus vidas, pero inevitablemente como recalcaba Charles Darwin en el "Origen de las especies" muchas mueren. Sin ser una época tan dura como el invierno, esta estación resulta tremendamente crítica para los ejemplares jóvenes que empiezan a sortear los primeros contratiempos que se les presentan.
Insectos carroñeros
Hace unas semanas aproveché una excursión para fotografiar unos tranquilos conejos comunes, Oryctolagus cuniculus que mostraban este contraste de modo muy evidente. Mientras la mayoría de ejemplares descansaban relajadamente a la vera del polvoriento camino torrado por el sol de media tarde del que sólo se levantaban para huir de las personas y perros que importunabamos su descanso con nuestras andanzas, otros yacían muertos entre plantas secas, mostrando un notable estado de putrefacción que como bien sabemos es aprovechado por otros organismos que rápidamente y tras una actividad frenética dan cuenta de las partes más interesantes desde el punto de vista energético. A primera vista se veían avispas, moscas y hormigas, pero los mechones de pelo desprendido y los agujeros indicaban que la actividad microbiana de bacterias y hongos era muy grande. Tendemos a pensar (por los espectaculares documentales) que en el campo sobre los cadáveres se abalanzan rápidamente grandes carroñeros, pero esto no es lo más frecuente, de hecho en esta zona abundan zorros y milanos negros que podrían haberse aprovechado del gazapo de la foto, pero no lo hicieron porque hay organismos más pequeños que aunque parezca mentira suelen darse más prisa acelerando el ciclo de vida y muerte establecido en la Tierra.
Condolencias
Este verano ha sido especialmente triste en España por varias muertes, por accidentes que han dejado tantos muertos en carreteras y ferrocarriles, y también, para los que amamos la Naturaleza, por el asesinato de un paisano, el biólogo Gonzalo Alonso Hernández que ha muerto en el Parque Cunhambebe (Brasil) por defender la conservación de la Naturaleza, crimen que recuerda al que sufren muchos mártires y que como desgraciadamente sabemos se repite en muchos lugares del mundo en los que el medioambiente es pisoteado. Esperemos que la justicia, aunque lenta sea segura y ponga a buen recaudo a los autores de este crimen. Mis condolencias a la familia de Gonzalo, de los fallecidos en el accidente de tren de Santiago y de los fallecidos en el accidente de autobús de Ávila.
Un saludo.
viernes, 9 de agosto de 2013
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y sino exsistiera la muerfte que ariamos tantos por la vida .todo necesita una regeneracion
ResponderEliminarTienes razón, está claro que la muerte al acabar con la vida, facilita una regeneración que de otro modo sería imposible, y de paso abre camino hacia nuevas formas que enriquecen el medioambiente.
ResponderEliminarDe todos modos, los vivos nos apegamos a la vida y nos apena la muerte, y aun sabiendo nuestro destino deseamos un mundo mejor para todos.
Un saludo
Respecto a la primera parte de tu entrada, muy cierto, los más pequeños descomponedores, las bacterias, no las podemos ver, pero son las causantes de la regeneración del ecosistema. Ahora vemos los campos cubiertos de altas hierbas secas y apenas iniciado el otoño las bacterias hay han digerido todas esas toneladas de materia orgánica y el suelo aparece cubierto por una fina capa verde.
ResponderEliminarLos de las muertes humanas, es muy triste, se nos han juntado varios pavorosos accidentes y por ti me he enterado del asesinato de Gonzalo Alonso... uno más en la lista de los que mueren en defensa de la vida. Mis condolencias a su familia y amigos.
Hola Jesús
EliminarLa actividad bacteriana está en la base de todos los ecosistemas, a veces, inconscientemente les quitamos importancia porque no las vemos a simple vista, pero son la clave de todos estos ciclos biológicos que se repiten ante nuestros ojos reciclando todas esas toneladas de materia.
Un saludo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNo me puedo resistir mirando a las avispas recortando galletas de carne con forma de hamburguesa de la víctima, siempre, cuando es reciente. Con sus mandíbulas recortan un círculo de carne que transportan entre sus patas delanteras, fascinante. Una vez vi una musaraña con larvas de moscardón; no habría muchas por que eran enormes y esas pocas, ocupaban su pequeño cuerpo. Notar el movimiento de un cadáver era algo paradójico. En otra ocasión, también con paciencia, unas cuantas avispas dejaron limpio el cuerpo de otra musaraña.
EliminarMe uno al sentir de los familiares.
Saludos Pedro.
Hola Javier
EliminarLo de estos insectos es alucinante, hay fotógrafos que van sacando fotos y luego las reunen para mostrar todo el proceso en menos tiempo y es casi increible el ritmo de trabajo de estos pequeños animales. Y lo de las larvas es cierto, parece que se mueve el animal, pero es la actividad frenética de estas efectivas criaturas.
Un saludo