miércoles, 25 de septiembre de 2013

Feromonas de agregación, señales químicas multipropósito

  Durante los paseos de finales de verano y comienzo del otoño una de las cosas que más se nota en comparación con las salidas de los meses precedentes es que ya se aprecia menor abundancia de insectos, pero los que vemos siguen llamando poderosamente la atención.
  Todos sabemos apreciar su belleza, su gigantesco valor ecológico, su gran importancia económica en especial para agricultores, productores de seda, apicultores, etc., pero detrás de cada una de estas pequeñas criaturas hay millones de moléculas que no podemos ver, aunque sepamos de su existencia.
Ayer tarde sin ir más lejos, mientras paseaba por un parque urbano, observé un nido de avispas, Polistes dominula formando un pequeño enjambre sobre una valla de alambre, aproveché para obtener una fotografía de esta pequeña colmena con la cámara del teléfono móvil. La imagen permite mostrar el comportamiento gregario de estos himenópteros tan laboriosos y ocupados trabajando entorno al panal de celdas hexagonales construido con una especie de cartón o papel que obtienen masticando fibra vegetal, se agrupan protegiendo y cuidando a las nuevas avispas que están desarrollándose en las celdillas.

Feromonas

   Este llamativo comportamiento mediante el cual podermos verlas tan "apelotonadas" está desencadenado por una feromona femenina liberada con las heces. Cuando tratamos de estas moléculas tendemos a pensar sólo en las feromonas sexuales y en este caso no creo que sea por el viejo tópico de que siempre estamos pensando en "lo mismo", más bien se debe a lo mucho y bien que se ha divulgado el espectacular efecto de estas sustancias químicas en la reproducción, por ejemplo, de mariposas que en algunas especies son capaces de detectar la señal a 20 km de distancia. Y, claro luego está la leyenda urbana de la feromonas sexuales humanas, que no estoy diciendo que no existan, sino que aún está por demostrar su existencia, aunque viendo algunos anuncios televisivos parecería que sean una realidad incontestable.

  Las feromonas son moléculas secretadas por los seres vivos para desencadenar cambios en el comportamiento de otros individuos normalmente de su misma especie, pero también pueden ejercer su efecto sobre otras, por ejemplo hay orquídeas que liberan feromonas de alarma como las de las abejas para atraer avispas que las polinizan sin darse cuenta del engaño. Las feromonas actúan como un sistema de señales a distancia que al moverse con el aire alcanzan grandes distancias y que pueden introducirse en lugares de difícil acceso a los que no llegaría otra señal, sin embargo las distancias habituales son bastante más cortas.


Feromonas de agregación 

  En el caso que nos ocupa de las avispas y también de las abejas, las feromonas sociales han sido muy estudiadas, por ejemplo las avispas liberan alcoholes de cinco carbonos como 2-pentanol, 3-metil-1-butanol, etc. que desencadenan una señal de alarma y un comportamiento muy agresivo. Por ello no se aconseja aplastar una avispa cerca del avispero porque el cadáver libera estas sustancias y pone en alerta a sus hermanas, también hay que tener cuidado con ciertas colonias que irritan a las sensibles avispas.

  Las feromonas de agregación tienen diversas funciones por lo que puede hablarse de feromonas multipropósito, por ejemplo, selección de pareja, defensa ante depredadores, superación de defensas mediante ataques en masa, etc.

  Abejas

  En la abejas se ha estudiado tanto el efecto de estas feromonas que incluso se venden con la finalidad de que el apicultor pueda beneficiarse mediante su uso de la compleja vida social de la colmena, por ejemplo, para cazar y retener enjambres se utilizan cebos que emplean las feromonas de Nasanoff que producen estos pequeños insectos en unas glándulas especiales situadas en el dorso del abdomen; las glándulas de Nasanoff. Esta feromona la producen las obreras como señal de atracción, es por tanto otra feromona de agregación. Químicamente se trata de una mezcla de nerol, geraniol, (E) y (Z) citral, ácido nerólico, ácido geránico y (E, E)-farnesol. 

   Además está la feromona de séquito real, QRP por sus siglas en inglés, otra feromona multipropósito que inhibe el desarrollo ovárico de las obreras, atrae machos desde largas distancias cuando aún son princesas y atrae a las obreras hacia la reina que al comprobar su presencia se mantienen más unidas.


Un saludo

Referencias:





Nota:

 Esta entrada participa en el XXV Carnaval de biología que se aloja en el blog Ser vivo

4 comentarios:

  1. La verdad es que las feromonas controlan muchas actividades de los seres vivos de las que apenas nos damos cuenta. Su estudio es muy interesante.

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    1. Hola Jesús

      Estas hormonas de agregación son especialmente interesantes, resulta más chocante aún que esos comportamientos puedan regularse con pequeñas moléculas.

      Un saludo

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  2. Pobres abejas, las hemos utilizado para aprovecharnos de su trabajo por la cera y la miel y, cómo no, controlándolas con las feromonas para esclavizarlas del todo. Ahora, que se anden con ojo las avispas, que con los despidos en las fábricas las veo haciendo papel y cartón.
    Bromas aparte, muy interesante Pedro.

    Saludos.

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    Respuestas
    1. Hola Javier

      Supongo que todo este control forma parte del "peaje" que pagan las especies domesticadas, seguramente esas especies no obtienen tanta ventaja de la relación como nosotros, pero hay excepciones por ejemplo hoy me ha hecho gracia ver en la tele un café con gatos. A los gatos, en general, les va bien, aunque no es lo habitual ciertamente.

      Un saludo

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