
Los tunicados
Como puede verse en la foto de una ascidia de mar japonesa o ascidia plisada, Styela clava, su aspecto externo recuerda más a un tubérculo vegetal que a un animal, de ahí que en algunos lugares sean conocidas como patatas de mar. Esta primera impresión desaparece si les hacemos cosquillas mediante una yerbita en uno de los dos “cráteres” que surgen de este extraño ser vivo, veremos entonces cómo se cierran ambos que en realidad son sifones. Se alimentan por filtración tomando el alimento por el sifón inhalante u oral desde donde el agua pasa a la faringe, el otro sifón es el exhalante o atrioporo. Se trata de animales sésiles, adheridos fuertemente a la roca o a otra superficie mediante un pedúnculo basal, sin embargo durante el estadio larval, en las primeras fases del desarrollo, presentan vida libre y se desplazan nadando gracias a una cola, entonces tienen un ocelo y un estatocisto con los que se van guiando hasta encontrar un buen lugar en el que asentarse y realizar la metamorfosis. Es el momento de fijarse al sustrato elegido, desaparece la cola, aparece el exoesqueleto (túnica), surgen los sifones además de otras grandes transformaciones tras las cuales pasa a ser una ascidia adulta.
Pasado común
Guardamos un remoto pasado en común con ellas, aunque no lo parezca, ya que pertenecemos al mismo filo animal, los cordados. Las ascidias se clasifican en el subfilo urocordados y nosotros en el de los vertebrados. Durante el desarrollo (ontogenia) tenemos en común varias estructuras, siendo la más destacada el tubo neural, a partir del cual se forma nada más y nada menos que nuestro sistema nervioso central: encéfalo y médula espinal. En las ascidias el sistema nervioso se compone de un ganglio cerebroideo situado entre los sifones del que parten nervios hacia los sifones, branquias, vísceras y un plexo situado en el lateral de la faringe.
Referencias:
Características generales de las ascidias o patatas de mar
Nota:
Esta entrada participa en la XVIII edición del Carnaval de biología organizado por Ameba Curiosa
Que interesante entrada, Pedro!
ResponderEliminarRealmente los frutos del mar tienen sabores peculiares y aspectos los más diversos posibles.
Ya leí sobre la principal aplicación terapéutica de las ascídias como agente antitumoral y en estudios contra el HIV. Ya oyó hablar?
Gracias por mostrarnos y enseñarnos a través de su blog.
Felicidades y realizaciones.
Besos y flores con cariño.
Hola Teca
EliminarEl empleo de antitumorales procedentes de ascidias está siendo un éxito, de hecho hay una empresa española trabajando en este campo. De estudios sobre aplicaciones contra el HIV la verdad es que no he oido nada, pero después de tu comentario estaré muy atento.
Un saludo y muchas gracias por el comentario
Los últimos árboles filogenéticos de los cordados reúnen en una misma rama a los vertebrados con los Urocordados (ascidias y salpas) mientras que los anfixos quedan en una rama aparte. Para mi ha sido toda una sorpresa porque las larvas de ascidias me parecían casi iguales que los anfioxos, pero al parecer no es así.
ResponderEliminarNo tenía ni idea de que se comiensen las ascidias, las veo con poca "chicha", pero si alguien se atrevió a morder un percebe, ¿por qué no una ascidia?
Saludos
Hola Jesús
EliminarLo que comentas de los anfioxos si que es chocante, desde luego. Yo tenía la misma impresión que tú, además está la tremenda metamorfosis que sufren los urocordados. Bueno es saber que estamos más emparentados con las ascidias que con los anfioxos.
Un saludo
Una provechosa lectura, tanto por su aspecto biológico como por el gastronómico.
ResponderEliminarGracias, Pedro.
Hola Fco. Javier
EliminarGastronomía y biología forman una gran pareja. En cuanto tengo ocasión me meto en la cocina que es como un minilaboratorio, y bueno... lo de probar platos de otras tradiciones gastronómicas siempre es muy interesante.
Un saludo
En este caso Pedro, soy un poco arcaico en cuanto a la gastronomía, por eso, como soy demasiado típico, estos animalicos conmigo están a salvo. A mí me pasa como al alimoche, sólo que, a diferencia suya, ya no casco los huevos con piedras y, aparte de hacerlos fritos, sé cascarlos con una mano.
ResponderEliminarDe todos modos, leer sobre seres vivos tan poco atendidos es un placer para mí, siempre es bueno que nos ofrezcas las peculiaridades de estas criaturas tan desconocidas.
Saludos.
Hola Javier
EliminarMe pasa lo mismo, desde que vi el documental de Félix Rodríguez, asocio alimoches y huevos que sin duda son un ingrediente fabuloso en multitud de platos y un auténtico manjar para multitud de animales.
Un saludo