El título de esta entrada provoca inquietud, pero es como le llaman en inglés al mayor almacén de semillas del mundo: “The doomsday Vault” (la bóveda o la cripta del día del juicio final). Con semejante nombre es difícil de olvidarse de tal construcción inaugurada en febrero de 2008, aunque puede que fuese más correcto llamarla de la víspera del día del Juicio Final. Se encuentra alojada en el interior de una montaña nevada en Spitsbergen, la isla más grande del archipiélago Svalvard (Noruega), localizado en el océano Glacial Ártico.
El archipiélago Svalbard está escasamente poblado, y así ha sido siempre por la extrema dureza de su clima. Es un territorio cubierto de glaciares, nieve y hielo por casi todas partes. De hecho, los únicos mamíferos terrestres que habitan allí (sin contar a nuestros congéneres) son: renos, ratones, zorros árticos y osos polares.
En el mundo hay muchos bancos de semillas o de genes, pero ninguno como este. Siguiendo con la analogía con la banca podríamos decir que este es el banco central mundial. De hecho ha recibido semillas de los numerosos bancos de semillas que operan a nivel regional o nacional por todo el mundo y es administrado por una fundación para la seguridad alimentaria: Global Crop Diversity Trust, detrás de la cual están Biodiversity International y la FAO, por lo que su sede está en Roma. Actualmente hay depositadas más de 500.000 muestras, y cada muestra se compone de unas 500 semillas por lo que contiene unos 250.000.000 semillas. Sólo pueden recuperar esas semillas los responsables de los bancos regionales que las depositaron.
La cripta ha sido diseñada y construida para proteger el tesoro que guarda en su interior durante siglos, puede operar aunque se agote el petróleo, se produzca una guerra nuclear o el calentamiento global castige el planeta. Contiene millones de “copias” de semillas de los bancos de semillas de casi todo el mundo conservadas a 18 ºC bajo cero. La idea básica que justifica esta obra es conservar la menguante biodiversidad agrícola o por si en un país o en una región se produce un desastre irreparable, como una guerra que aniquile la agricultura del país, una catástrofe ecológica brutal, la destrucción de un banco de semillas regional durante una catástrofe natural, etc. Estas semillas se utilizarían cuando avanzasen las tareas de reconstrucción.
Esperemos no tener que recurrir muchas veces a este banco, porque no da créditos, sino más bien una segunda oportunidad.
Un saludo
Si fuera la especie humana igual de eficiente para proteger mejor los ecosistemas en vez de recurrir a estos almacenes especiales fruto de nuestras persistentes amenazas, estos bancos de semillas, no tendrían razón de existir. Todas estas previsiones futuristas resultan cuando menos, chocantes.
ResponderEliminarMal fario, el de estas instalaciones preventivas como choque remediador ante posibles catástrofes…da igual de qué tipo.
Saludos.
Hola Javier
ResponderEliminarTienes razón, si fuesemos capaces de proteger los ecosistemas, no tendríamos que construir estas cosas a prueba de todo. Estas medidas preventivas tan imponentes están anticipando un desastre que no tendríamos porqué sufrir si respetáramos nuestro entorno.
Un saludo