Hoy, en pleno otoño, toca volverse poético y rememorar la primavera y el verano. En el extenso teatro de la naturaleza, donde plantas y flores despliegan su esplendor, existe una danza misteriosa que sostiene la vida tal y como la conocemos. En este escenario, unas polinizadoras emergen como hermosas bailarinas, desempeñando un papel esencial en la perpetuación de la biodiversidad y también en la producción de muchos alimentos que llegan a nuestras mesas.
¿Quiénes son estos intrépidos animalillos? Desde las delicadas mariposas a los iridiscentes colibríes, los polinizadores son los agentes forestales inadvertidos de nuestros ecosistemas.
A medida que exploramos florecientes jardines y campos ondulantes, nos sumergimos en un mundo sorprendente, el de las bailarinas abejas. La conexión entre las plantas y las abejas que las polinizan va más allá de lo estético y de lo económico; hay un sistema de comunicación que sustenta buena parte de la vida en la Tierra. En esta comunicación, descubrimos cómo la polinización, aparentemente simple, para las abejas es en realidad un ballet intricado que influye en la salud de los ecosistemas, la producción de alimentos y, en última instancia, en la supervivencia misma de numerosas especies.
La danza de las abejas
Las abejas domésticas, Apis mellifera concretamente las obreras, realizan una danza única para comunicar a otros miembros de su colonia la ubicación de las flores a las que van a polinizar. Esta danza se conoce como la "danza de la abeja" y fue estudiada en detalle por el zoólogo austríaco Karl von Frisch, quien en el año 1946 publicó su descubrimiento en la revista zoológica austriaca*. Gracias a este gran científico se comprendió por vez primera lo que significaba este misterioso baile que ya fue observado por el padre de la Zoología, Aristóteles, pero cuyas indagaciones no pudieron desentrañar su misterioso significado.
Danza: Proporciona información sobre la dirección, indicando el ángulo respecto al Sol y la distancia precisa de la fuente de alimento, moviendo el abdomen de derecha a izquierda de manera que informa de la distancia a la fuente de alimento.
Estas danzas permiten a las abejas compartir información crucial para la supervivencia de la colonia y son un fascinante ejemplo de comunicación en el reino animal. Gracias a estas sugerentes danzas transmiten la dirección y la distancia a las flores en las que encontrar el delicioso néctar que necesitan para producir la dulce y maravillosa miel.
Un saludo
*Nota: Die Tänze der Bienen. In: Österreichische Zoologische Zeitschrift 1, 1–48 (1946)
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